En un día soleado y acogedor, el grupo GEDA se trasladó hacia un cerro no demasiado imponente pero bastante particular por su estética, el Cerro Desfiladero, situado entre los cerros Gaucho y Pelado.
Tras dejar nuestros autos en el casco de la estancia comenzamos la caminata, a paso sereno y al compás del ritmo de nuestro guía Rony Monrás.
El denso bosque de transición allí presente paulatinamente se hacía más notorio a medida que nos alejábamos de los confines de la estancia, mientras nos rodeábamos de maleza junto al sendero y de especies típicas vegetales que dan su tono característico, como el espino negro, neneos, cipreses, pinos.
Junto al ascenso el calor de cada uno de nosotros no estuvo ausente, ni tampoco las paradas para hidratarnos.
Una vez que alcanzamos el primer mirador, nuestros rostros se llenaron de regocijo, mientras contemplábamos el Brazo Huemul, parte del Lago Nahuel Huapi, y en el horizonte, mirando hacia el oeste, varios cerros ya conocidos para muchos de nosotros ( Tronador, Bellavista, López, Capilla) mas parte de los cerros lindantes al Desfiladero.
Pero lo mejor estaba por verse. Tras rodear la parte superior del cerro, pudimos llegar hasta la cima, de 1500 mts, desde la cual tuvimos la incomparable vista de 360 grados, donde ademas de las elevaciones ya vistas y otras no tanto, tuvimos una panoramica, lejana, pero nitida, del cerro Saihueque, muy recordado por el GEDA, y del Cerro FIA, bautizado asi en honor a una de las esposas del celebre cacique que poblara esta zona.
José Skulj
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