El domingo 13 de mayo por la mañana realizamos una excursión al complejo Cerro Leones, y luego aprovechamos la tarde con una caminata bordeando el río Limay.
Llegamos a Dina Huapi alrededor de las diez de la mañana, listos para recorrer las distintas cavernas volcánicas del cerro. Después de un breve ascenso alcanzamos la primera cueva, con restos de pinturas rupestres milenarias que realizaron los habitantes originarios de la región. Algo más adelante llegamos a una segunda caverna en la que vimos dos viejos nidos de picaflor andino. También tuvimos el placer de ver a una lechuza de campanario descansando en una grieta en las alturas.
En la tercera de las cavernas, tuvimos una experiencia única. Cruzamos a gatas un angosto túnel de unos cinco metros de largo que nos llevó a la segunda sala. Se trata de una gran caverna de unos 130 metros de profundidad, con un pequeño lago subterráneo al fondo. Allí descubrimos la increíble sensación de pasar algunos segundos en completa oscuridad y silencio.
Por último, ascendimos un poco más para llegar hasta un mirador hacia el oeste. El clima nos acompañó y nos permitió ver desde la estepa hasta Bariloche y las montañas, además de regalarnos un hermoso arco iris.
Después de almorzar, realizamos una segunda caminata partiendo desde la boca del Limay. Seguimos el camino vecinal que bordea la margen del río durante unos 4 kilómetros, disfrutando del paisaje de la estepa y la vista del Cerro Villegas a nuestro lado. Para regresar nos acercamos aún más al río, siguiendo los senderos que aprovechan los pescadores.
Llegamos al final de nuestro recorrido alrededor de las seis de la tarde, con algo de lluvia, que no nos detuvo de compartir nuestra merienda bajo el refugio de los pinos.
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