Las extrañas y rebuscadas formaciones rocosas del Valle Encantado agarran la imaginación de todos los que van de paso por la RN 237 en las cercanías de la Confluencia.
En este soleado domingo las CBD tuvimos el privilegio de caminar por senderos que serpentean la base de muchas de estas gigantescas piedras y nos llenamos de asombro con estos testigos de la intensa y violenta acción volcánica de esta región. Fascinación que sentimos desde hace mucho, como lo prueban las intrigantes pinturas rupestres que Diana, nuestra siempre amable y atenta guía, nos llevó a conocer. Dedo de Dios, Madre y Hija, Puño, Las Leonas… Es fácil comprender por qué tantas de estas rocas ganaron nombres. Y también porque le dicen encantado al valle.
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