La gastronomía del Grupo Excursionista de Adultos (GEDA) – Por Liliana Schiavo
Hoy el GEDA va por su 39ª temporada, pero, al ir creciendo y organizándose el grupo, el ítem gastronómico tuvo un origen.
En esos primeros años debíamos reunir enseres, pavas enormes relucientes, que con el fuego a leña fueron tornándose oscuras, coladores que terminaron abollados de tanto colar el mate cocido comunitario, y ollas tan grandes que hicieron recordar a más de uno, sus épocas de servicio militar. Pero lo más divertido, es la preparación de las cenas colectivas cuando hacemos salidas de dos días. Cual abejas obreras, cuchillo en mano, mujeres y hombres osados, compiten codo a codo, en el mágico ritual de pelar, cortar, rallar y picar ingredientes varios. Luego, manos a la obra de chefs improvisados, que se turnan en vigilar que no se queme la cena. Cuando se elevan aromas atrayentes, se va formando una fila de los que se asemejan más a refugiados, que a deportistas famélicos, que darán cuenta de guisote de verduras coloridas, que acompañan el arroz, los fideos o la polenta sin grumos. Siempre se respetó a los vegetarianos y hubo previsto un guiso sin carnes. El postre preferido son abundantes raciones de queso y dulce.
Otro afamado menú es el de choriceada o corderos y chivitos en cruz, acompañados por ensaladas varias. En estos últimos años, el GEDA ha aumentado su cultura alcohólica y no faltan los malbec, merlot, y a la hora del fogón se degustan licorcitos caseros. Después de las cenas, se cumple la consigna de que aquellos que no colaboraron con la preparación, serán responsables de lavar ollas y platos, y calladitos van a cumplir su tarea. En el momento del mate cocido, cada uno comparte galletas, budines o tortas y se compite con la repostería más elaborada. En estos años no faltaron las tortas fritas, aquellas amasadas y fritas por alguna integrante, cuyas recetas ancestrales son guardadas celosamente, o las que compramos a los pobladores que nos permiten caminar por rincones poco conocidos de sus tierras. Pero el sumun gastronómico se da en el festejo de fin de temporada, las niñas llevando delicias saladas o dulces, y ellos los bebibles. Inclusive hubo años en que se hicieron concursos de tortas y postres con premios y todo.
Pensándolo bien, el apoyar, cooperar, y compartir… es el mejor alimento para el grupo.
Pensándolo bien, el apoyar, cooperar, y compartir… es el mejor alimento para el grupo.
PD: Muchas gracias Liliana Schiavo por el texto y las fotos.