Compartimos un artículo escrito por Vicente Ojeda en el cual narra la vida de Don Emilio Frey y su relación con el Club Andino Bariloche, del cual fue su cofundador. En su honor uno de los refugios lleva su nombre.
INGENIERO D. EMILIO ENRIQUE FREY ORGANIZADOR DELCLUB ANDINO BARILOCHE
El 13 de agosto de 1931, se fundaba el Club Andino Bariloche, una de las primeras entidades civiles de la ciudad, que andando el tiempo se constituiría en una referencia básica de los deportes de montaña, contribuyendo decididamente en su ya larga vida de 90 años al conocimiento no solo de la región de influencia directa, sino de amplias zonas montañosas de la Patagonia.
Ubicados en el tiempo del nacimiento del Club, fácil es comprender que por entonces todo estaba por realizarse y no extraña entonces que en la idea de sus cuatro fundadores estuviera el propósito de acercar a los pobladores a la montaña y desarrollar en ellos el interés que supere aquello utilitario de las actividades agro-ganaderas qué, por otra parte constituían su ocupación y sustentaban su existencia.
Aquellos cuatro fundadores liderados por el Dr. Juan Javier Neumeyer – deportista de montaña formado en Suiza – vieron la necesidad de hacer conocer el valor de la montaña en todas sus posibilidades, desde su enorme importancia geopolítica como determinante de la frontera internacional, hasta sus potencialidades turísticas ya previstas por la histórica donación del Perito Moreno.
Por ello no extraña que esos objetivos hayan sido explícitamente establecidos en el primer artículo de los Estatutos de la Institución creada.
Es allí donde se avizora el espíritu montañés de los fundadores y se anticipa un proyecto con una clara definición que engloba la popularización de los deportes de montaña, “sports” como se los definía por aquel entonces, en un marco de respeto y cuidado de la naturaleza que tanto nos preocupa por estos días, promoviendo la realización de una adecuada infraestructura, especialmente picadas, caminos y refugios de montaña.
Es en ese ámbito, donde “Don Emilio” – como respetuosa y cariñosamente siempre lo llamamos tendría una participación fundamental para el desarrollo del Club Andino Bariloche constituyéndose en su Organizador.
Don Emilio, como el Dr. Neumeyer, era de origen suizo hijo de uno de los primeros inmigrantes radicados en el país también llamado Emilio que se había casado con la criolla Bernabela Borda. Nació en Baradero, Provincia de Buenos Aires, el 10 de febrero de 1872 y habiendo realizado los estudios primarios viajó a Suiza para completar el ciclo secundario en Zurich y pasar al Tecnicun de Winterthur donde se recibió de Agrimensor.
De regreso al país trabajó en actividades propias de su pueblo, Baradero, relacionadas con la producción agrícola hasta encontrarse con Moreno quién buscaba jóvenes preparados para llevar adelante sus proyectos de exploración del país, especialmente la Patagonia. Frey reunía aquellas condiciones, especialmente por su formación europea y su especialización técnica.
Es habitual encontrar cuando a él se refieren la mención de “colaborador del Perito Moreno” , pero también es dable ver en diversas publicaciones que se lo titula como suizo, cuando era absolutamente argentino tanto por su nacimiento en el país como por su descendencia materna de origen nativo y fundamentalmente por su extraordinaria contribución al conocimiento de esta tierra.
Al integrarse a la Comisión del Museo de La Plata liderada por Moreno, inicia Don Emilio Frey su relación con la Patagonia que iba a ser decisiva en su vida. Con la misión encabezada por el topógrafo Mercer arriba al Nahuel Huapi en el verano de 1895 estableciendo campamento en el que sería el centro del pueblo no soñado todavía. Sin embargo allí comenzaba su enamoramiento con la región y su participación en la gran cruzada impulsada por Moreno, potenciada al ser nombrado Perito en la cuestión de límites con Chile. En aquella primera comisión exploraron la zona cordillerana hoy conocida hoy como El Bolsón, Epuyen y Cholila. Esto lo cuenta Vislao Arko en un muy buen trabajo publicado en el Anuario del Club Andino Bariloche del año 1966 con datos documentados y con asidero en anotaciones autobiográficas del propio Don Emilio. Es esta bibliografía, la que me permite internarme en el conocimiento mas profundo de este gran argentino.
Entre 1896 y 1903 la comisión trabajó todos los veranos en exploraciones que abarcaron zonas importantes del entonces Territorio Nacional del Neuquén, partiendo desde San Rafael, todo el Territorio del Río Negro llegando en los últimos periodos a la Colonia 16 de Octubre (hoy Esquel), ya con la presencia del Coronel Holdich, representante del Rey de Inglaterra en la cuestión de límites. Tuvo Frey importante participación en la determinación de los lugares donde se colocarían los hitos aceptándose su propuesta en los referente a Canquenes y Paso Vuriloche.
Finalizado el trabajo de la Comisión de Límites se ocupó en actividades de su profesión en la Provincia de Mendoza y luego en la Comisión que confeccionó el mapa hidrogeológico de la Provincia de Buenos Aires.
Sería nuevamente Moreno quien lo propusiera en 1910 para asistir al geólogo norteamericano Dr. Bailey Willis, contratado por el Ministro de Obras Publicas Exequiel Ramos Mexia como Jefe de la Comisión de Estudios Hidrológicas para estudiar el territorio entre San Antonio Oeste y la frontera con Chile. Durante cuatro años se desempeñó como Asistente Jefe consustanciándose con el proyecto y cimentando una estrecha relación con el profesional norteamericano. Fue un notable proyecto que como tantos otros naufragó en el desinterés de quienes sucedieron a Ramos Mexia y que obviamente veían muy lejos a la Patagonia. Sin embargo Frey participaría entre 1915 y 1916 en el trazado del camino de Bariloche a Neuquen, pasando por Pilcaniyeu (Picaniyeu Viejo), y las Balsas de Paso Flores y Limay.
Pero en ese periodo – sugiere Arko – se selló definitivamente la relación entre Frey y Bariloche, la pequeña aldea, ahora y desde 1902 la localidad de San Carlos de Bariloche, contribuyendo a ello que en 1913 había contraído matrimonio con la suiza Rosa Schumacher originaria de Ilnau, región de Winthertur, que había llegado a Bariloche unos pocos años antes. De esta unión nacerían Nelly y Dora, mas conocida por Dolly, sus dos hijas. En 1916 construye su hermosa casa en Los Cipresales – Km. 1,3 de Av. Bustillo- clásica edificación de madera obra de Primo Capraro.
Por esos años se forma la primera Comisión de Fomento que tiene en el Ing. Frey a uno de sus integrantes siempre dispuesto a participar en todas las iniciativas de progreso, entre otras la fundación del primer club, cual es el Tiro Federal Bariloche, siendo entonces fundador y primer Presidente. Las instituciones dedicadas a promover el tiro ciudadano fueron una expresión de reafirmación patriótica.
En 1917 Don Emilio ingresa en la Dirección de Tierras y ello lo lleva a prestar servicios lejos de Bariloche, tales la Provincia de Buenos Aires y en los Territorios Nacionales de La Pampa y Los Andes en el extremo noroeste del país, hasta que desde 1924 no se movería de Bariloche. Ahora como Jefe de la Oficina de Tierras y Colonias con jurisdicción sobre el Territorio del Río Negro y la región adyacente al Lago Nahuel Huapi en el Territorio del Neuquén, tendría la oportunidad de dedicar sus esfuerzos no solo a su tarea en el organismo oficial sino también de participar en numerosas iniciativas en pro del desarrollo de Bariloche coincidiendo en muchas de ellas con el pionero Primo Capraro, aun cuando sus personalidades eran notablemente disímiles, siendo Capraro un empresario comercial y Frey un ejemplar funcionario público y lírico precursor del conocimiento del suelo patrio.
En ese orden resulta ejemplificadora su entusiasta adhesión a la idea de fundar el Club Andino Bariloche y el compromiso de trabajo que asumió en la organización del mismo. Al igual que Neumeyer su juventud vivida en Suiza le había proporcionado una clara idea del propósito de este tipo de instituciones. Es así que secunda como Vicepresidente al Dr. Juan J. Neumeyer nombrado Presidente de esa primera Comisión Directiva completada con Otto Meiling como Secretario y Reynaldo B. Knapp como Bibliotecario y Fotógrafo.
La fundación del Club Andino Bariloche es contemporánea a la creación de la Comisión Pro Parque Nacional, presidida por el Dr. Ángel Gallardo, que tuvo la misión de proponer la institucionalización de la entidad conservacionista gestada por el Perito Moreno y con una posterior asignación de territorio. Frey no solo apoya la gestión desde su posición gubernamental sino que canaliza el aporte del CAB, destacándose que otros miembros de la Comisión, tales el Dr. Horacio Anasagasti, Luis Ortiz Basualdo y el Dr. Exequiel Bustillo eran socios del CAB.
La Ley de Parques Nacionales entra en vigencia octubre de 1934 y el 1° de enero de 1935 la Dirección de Tierras cede a la nueva Dirección de Parques Nacionales al Ing. Emilio E. Frey que es designado primer Intendente del flamante Parque Nacional Nahuel Huapi. Lo acompañan Rodolfo del Castillo y Francisco Sanjuan especialistas en agrimensura y topografía. Don Francisco “Paco” Sanjuan ya era Secretario del CAB.
Desempeñaría Don Emilio este cargo hasta 1937 ya que tras largos años de servicio se jubila. En tanto en 1936 había pasado a ejercer la Presidencia del CAB, permutando cargos con el Dr. Neumeyer que se convierte en Vicepresidente.
Desde ese momento dedicaría prácticamente todo el tiempo hasta sus últimos días de vida al Club Andino Bariloche. Es que no solo sería su Presidente por espacio de veintitrés años sino que lo haría con entrañable cariño y con una probidad y proyección, de suyo, incomparable.
Su pormenorizado conocimiento de la región, su pasada participación en la gestión en Territorios Nacionales y Parques Nacionales lo invistieron de una autoridad excepcional. Ello lo dotaba para liderar la ejecución de los propósitos fundacionales del Club Andino Bariloche, cuales fueron la promoción de los deportes de montaña como la de la actividad turística, en este caso promoviendo la construcción de adecuada infraestructura para su desarrollo.
Sin embargo y con ese espíritu, en 1938 acepta por breve tiempo volver a la función pública, en este caso como Intendente Municipal, destacándose sus proyectos de construcción del Matadero y Mercado Municipal y el Centro Cívico. Todavía en 1942/43 presidió una Comisión Pro Construcción del camino pavimentado desde Bahía Blanca a Bariloche, que tantos años tardaría en concretarse.
Ese bagaje de saberes y la gran y calificada cantidad de contactos y amistades en esferas oficiales, instituciones científicas y universidades hicieron que su correspondencia fuera nutrida e intensa y colocaron al CAB en excelente posición para hacer conocer no solo la actividad deportiva de montaña sino también el valor y oportunidad de las exploraciones que realizaban sus socios con el aporte de información documentada, apoyadas por mapas originales e inéditos registros fotográficos.
Don Emilio llevaba personalmente el control y actualización de la nómina de socios y ponía especial cuidado en controlar que autoridades de las instituciones antes citadas recibieran la edición anual de Memorias y Anuarios.
Hasta avanzada edad realizó exploraciones en la zona, estuvo presente en las competencias de ski, participó de excursiones, e inauguró la Sede Social y los Refugios Tronador (hoy Manuel Ojeda Cancino), Ñireco, Villa Catedral (Reynaldo Knapp), San Martín en Lago Jacob y el que lleva su nombre “Emilio Frey” en el Cerro Catedral Sud, construidos durante su presidencia, que sumados al el del Cerro López dieron al CAB una infraestructura básica, fundamental para la realización de sus actividades.
También hasta avanzada edad solía caminar desde su casa en Los Cipresales hasta el centro de la ciudad, acompañado por su amigo y vecino Don Carlos Marksthaler.
Cuando era yo un joven pro-secretario del CAB, solía caminar hasta su casa para llevarle documentación a su firma é invariablemente lo encontraba en su oficina próxima a la entrada trabajando en temas del Club, muchas veces con un anuario a la mano para la verificación de datos.
Hasta el año 1960 presidió invariablemente las reuniones de la Comisión Directiva y siguió con interés y dedicación los proyectos y actividades de la entidad. En la Asamblea Anual de aquel año fue nombrado por aclamación Presidente Honorario luego que declinara seguir ocupando cargos en la Comisión Directiva.
Nunca un mejor homenaje a quien constituyó la columna principal sobre la que se basó la organización de la Entidad.
Cuatro años después, el 29 de mayo de 1964, Don Emilio fue despedido con enorme respeto y cariño en el cementerio de la Estancia La Lonja de su hija Dolly. Allí yacía también su esposa. Cerca, a pocos metros, discurría el Río Limay como trayendo un mensaje de las montañas, lagos y glaciares que el había contribuido a conocer y a reafirmarlos definitivamente argentinos.
Nos dejaba una enseñanza de profunda argentinidad, no declamada ni proclamada pero profundamente arraigada a través de una vida que por muchos años transcurrió pegada al terruño patrio, el que caminó mensurando pampas y montañas y fijando los puntos mismos donde comienza la patria. Muchos años viviendo en carpas, cabalgando polvorientas rastrilladas, pero siempre portando la bandera nacional qué, según esta documentado, izaba en cada lugar que alcanzaba.
Generaciones que mejor lo conocieron y valoraron lo han homenajeado justamente imponiendo su nombre a una importante calle de Bariloche, a la Central Hidroeléctrica sobre el Río Guillelmo, a una Aguja en el Cerro Catedral, a una Torre en el Cerro Tres Picos, a un Lago en el Parque Nacional Nahuel Huapi, a un Río en la zona de Cholila, también a una calle en San Martín de los Andes y al Refugio del CAB en el Cerro Catedral Sud.
Destacar la personalidad del Ing. Emilio Enrique Frey en oportunidad del 90° Aniversario de la fundación del Club Andino Bariloche, resulta no solo un acto de homenaje a quien tanto hizo por la institución que tanto amó, sino también resaltar su profundo sentido patriótico poniendo toda una vida al servicio del país.
San Carlos de Bariloche, agosto de 2021.